Gillette busca redefinir
lo masculino
¿Tiene
una empresa subsidiaria de Procter & Gamble el derecho a criticar y exigir
una mejor conducta de todos los hombres?
Una nueva campaña de
Gillette, subsidiaria del conglomerado Procter & Gamble, en sus redes sociales
busca terminar y criticar lo que ellos denominan Men’s Toxicity (Toxicidad
Masculina). La campaña se llama “We Believe” (Nosotros Creemos) y en dos días
ha logrado más de 10 millones de visitas en sus canales oficiales. Según sus autoridades
buscan trasladar su slogan “The best a man can get” (Lo mejor que puede ser un
hombre) a “The best a man can be” (Lo mejor que un hombre puede llegar a ser).
Un posible doble standard.
Procter & Gamble es
mejor conocida por la venta de detergentes, jabones y shampoos. Tanto así que
eran por décadas los principales patrocinadores de Soaps (Jabones en español,
que era como se les llama a las telenovelas de las mañanas) que se llegaron a
llamar así por la cantidad de anuncios promocionando detergentes y productos de
limpieza para el hogar. Se menciona esto porque son precisamente los detergentes,
jabones, plásticos de empaque y químicos de los mismos que hoy en día le hacen
un gran daño y consecuencia al medio ambiente.
Durante años Procter
& Gamble ha tratado de reducir el daño que le hacen al medio ambiente. Pero
nos parece extraño que una empresa así, se atreva a criticar y exigirle a todo
el género masculino una mejor conducta. Nos extraña aún más que sus accionistas
permitan que dinero de la empresa sea usado para estos fines meta empresariales.
No sólo los hombres usan las rasuradoras y los productos de limpieza personal
de marca Gillette, pero en estos momentos lo arriesgan todo, por tratar de
encasillar a todos los hombres bajo los mismos estereotipos presentados en su
nueva campaña.
La actitud y reacción
femenina en las telenovelas, los estereotipos de “drama Queens” (reinas del
drama), actitudes y reacciones ante la infidelidad, jugar a hacerse la víctima,
el uso de drogas y sustancias, y como se percibían muchos de los delitos,
fueron formando un código de valores o patrones de conducta, de las telenovelas
de la mañana, que hasta cierta forma, empresas multinacionales, como Procter
& Gamble patrocinaron durante décadas, y aún persisten, para ser vistas por
el género femenino, en su mayoría.
Sobre la campaña, We Believe.
La campaña critica la costumbre
“Boys will be boys” (los niños son niños <y por eso hay que disculparlos>),
una frase que, según Gillette, permite una conducta más violenta, una conducta
menos respetuosa, de lo que ellos esperan sea una conducta adecuada. Dejan
entender que el acoso callejero de mujeres por cómo se visten, un hacer sentir
mal a empleadas mujeres en el trabajo, el bullying y las “peleas adolescentes”
generan en las nuevas generaciones esta doble conducta.
Pese a que la misma
campaña inicia con una larga fila de hombres (aludiendo a que todos los hombres
son iguales) en la misma campaña hay hombres que dejan ver que el acoso
callejero, que el bullying de otras personas no está bien.
“Quién esté libre de pecado…”
¿Tiene una empresa con el
récord ambiental de Procter & Gamble, el prurito moral y ético, para exigir
que todos los hombres, una mejor conducta moral y ética? Dejemos al lado el
caso de esta campaña y esta empresa, ¿cualquier empresa (sin conflictos de intereses),
podría exigir de sus clientes, del público en general una mejor conducta
personal y social, al margen de su propia ética o moral?
La ética es personal,
incluye todos los valores que tenemos y defendemos y usamos. La moral es a
nivel sociedad, incluye los valores que nuestra sociedad y sus miembros, grupos,
centros educativos e iglesias, sostienen. Las empresas son parte de nuestra
sociedad, pero nunca antes habían actuado para cambiar conductas que ellas
consideran nocivas en nuestra sociedad. Gillette es parte de una trasnacional
global. Busca impulsar en el mundo y a todo el mundo su nuevo mensaje y nueva
campaña.
Las guerras de poder del siglo veintiuno.
Con la promoción de la
universalización de los valores, la globalización del socialismo, el impulso
feminista, ambientalista, indigenista, LBGTB y la lucha de ideologías, todos estos
grupos buscan privilegios de los que no pertenecen a los mismos, y luego una
campaña como ésta nos deja muchas cosas en qué pensar. ¿Deben tener límites las
empresas y sus productos al ámbito publicitario-comercial que tengan? Si por
ejemplo una empresa de agua purificada, saca una campaña en contra de las
empresas que con detergentes, plásticos, envases y químicos (como Procter &
Gamble) por hacerle daño al medio ambiente, entonces eso sería bien visto, positivo,
y ayudaría a vender más agua pura, acaso? ¿Pero, sería esto ético y moral?
Porque eso es el meollo
del asunto. Las empresas buscan mejorar sus ingresos vendiendo más. Tienen campañas
que buscan mejorar la lealtad a sus marcas y productos. Pero con esta campaña
realmente no es claro, lo que Gillette, o Procter & Gamble buscan. Lo que
sí indican es que la vieja forma de visualizar a la masculinidad como “machista”
es lo que buscan dejar atrás y olvidar de su publicidad. Buscan también
presionar a los hombres para que detengan actitudes machistas en otros hombres,
con castigo moral (no violento).
¿El final del machismo?
Los defensores de la
campaña “Me Too” que buscan que las personas que han sido abusadas y acosadas
sientan libertad de poder denunciarlo y procesar a los culpables, han públicamente
felicitado a Gillette por su nueva campaña. Todos están de acuerdo en que si
bien es cierto una gran mayoría de los casos de abuso y acoso provienen de los
hombres, no son la totalidad de los casos.
Como parte de la nueva
campaña Gillette se ha comprometido a donar un millón de dólares a entidades
que promuevan el desarrollo personal de los hombres y desde 2013, en la India,
tienen la campaña llamada “Soldier for Women” (Soldado para las mujeres) para
buscar eliminar el “Toxic Masculinity” y la misogenia*. Las fuertes críticas de
esta nueva campaña, amenazan a Gillette con un boicot de sus productos. Queda
esperar y ver si la nueva campaña resulta una “gamble” (apuesta) acertada para la
multinacional global.
*Siendo
una herramienta del feminismo, la misoginia ha crecido en significado. Antes
era odio al género opuesto. Ahora, la misoginia se define, en Wikipedia, como
la aversión y también el odio hacia las mujeres o niñas. También incluye como
la denigración, discriminación, violencia contra la mujer. Es necesario
resaltar que actitudes “machistas” en el bullying (mencionado en la campaña),
no solo es en contra de las mujeres, también hay bullying en contra de hombres,
en todo caso, el bullying no es exclusivo de los hombres, las mujeres también hacen
bullying al estilo “Mean Girls”.