jueves, 17 de enero de 2019

Gillette busca redefinir lo masculino con #WeBelieve

Gillette busca redefinir lo masculino
¿Tiene una empresa subsidiaria de Procter & Gamble el derecho a criticar y exigir una mejor conducta de todos los hombres?
Una nueva campaña de Gillette, subsidiaria del conglomerado Procter & Gamble, en sus redes sociales busca terminar y criticar lo que ellos denominan Men’s Toxicity (Toxicidad Masculina). La campaña se llama “We Believe” (Nosotros Creemos) y en dos días ha logrado más de 10 millones de visitas en sus canales oficiales. Según sus autoridades buscan trasladar su slogan “The best a man can get” (Lo mejor que puede ser un hombre) a “The best a man can be” (Lo mejor que un hombre puede llegar a ser).
 
Un posible doble standard.
Procter & Gamble es mejor conocida por la venta de detergentes, jabones y shampoos. Tanto así que eran por décadas los principales patrocinadores de Soaps (Jabones en español, que era como se les llama a las telenovelas de las mañanas) que se llegaron a llamar así por la cantidad de anuncios promocionando detergentes y productos de limpieza para el hogar. Se menciona esto porque son precisamente los detergentes, jabones, plásticos de empaque y químicos de los mismos que hoy en día le hacen un gran daño y consecuencia al medio ambiente.
Durante años Procter & Gamble ha tratado de reducir el daño que le hacen al medio ambiente. Pero nos parece extraño que una empresa así, se atreva a criticar y exigirle a todo el género masculino una mejor conducta. Nos extraña aún más que sus accionistas permitan que dinero de la empresa sea usado para estos fines meta empresariales. No sólo los hombres usan las rasuradoras y los productos de limpieza personal de marca Gillette, pero en estos momentos lo arriesgan todo, por tratar de encasillar a todos los hombres bajo los mismos estereotipos presentados en su nueva campaña.
La actitud y reacción femenina en las telenovelas, los estereotipos de “drama Queens” (reinas del drama), actitudes y reacciones ante la infidelidad, jugar a hacerse la víctima, el uso de drogas y sustancias, y como se percibían muchos de los delitos, fueron formando un código de valores o patrones de conducta, de las telenovelas de la mañana, que hasta cierta forma, empresas multinacionales, como Procter & Gamble patrocinaron durante décadas, y aún persisten, para ser vistas por el género femenino, en su mayoría.

Sobre la campaña, We Believe.
La campaña critica la costumbre “Boys will be boys” (los niños son niños <y por eso hay que disculparlos>), una frase que, según Gillette, permite una conducta más violenta, una conducta menos respetuosa, de lo que ellos esperan sea una conducta adecuada. Dejan entender que el acoso callejero de mujeres por cómo se visten, un hacer sentir mal a empleadas mujeres en el trabajo, el bullying y las “peleas adolescentes” generan en las nuevas generaciones esta doble conducta.
Pese a que la misma campaña inicia con una larga fila de hombres (aludiendo a que todos los hombres son iguales) en la misma campaña hay hombres que dejan ver que el acoso callejero, que el bullying de otras personas no está bien.

“Quién esté libre de pecado…”
¿Tiene una empresa con el récord ambiental de Procter & Gamble, el prurito moral y ético, para exigir que todos los hombres, una mejor conducta moral y ética? Dejemos al lado el caso de esta campaña y esta empresa, ¿cualquier empresa (sin conflictos de intereses), podría exigir de sus clientes, del público en general una mejor conducta personal y social, al margen de su propia ética o moral?
La ética es personal, incluye todos los valores que tenemos y defendemos y usamos. La moral es a nivel sociedad, incluye los valores que nuestra sociedad y sus miembros, grupos, centros educativos e iglesias, sostienen. Las empresas son parte de nuestra sociedad, pero nunca antes habían actuado para cambiar conductas que ellas consideran nocivas en nuestra sociedad. Gillette es parte de una trasnacional global. Busca impulsar en el mundo y a todo el mundo su nuevo mensaje y nueva campaña.

Las guerras de poder del siglo veintiuno.
Con la promoción de la universalización de los valores, la globalización del socialismo, el impulso feminista, ambientalista, indigenista, LBGTB y la lucha de ideologías, todos estos grupos buscan privilegios de los que no pertenecen a los mismos, y luego una campaña como ésta nos deja muchas cosas en qué pensar. ¿Deben tener límites las empresas y sus productos al ámbito publicitario-comercial que tengan? Si por ejemplo una empresa de agua purificada, saca una campaña en contra de las empresas que con detergentes, plásticos, envases y químicos (como Procter & Gamble) por hacerle daño al medio ambiente, entonces eso sería bien visto, positivo, y ayudaría a vender más agua pura, acaso? ¿Pero, sería esto ético y moral?
Porque eso es el meollo del asunto. Las empresas buscan mejorar sus ingresos vendiendo más. Tienen campañas que buscan mejorar la lealtad a sus marcas y productos. Pero con esta campaña realmente no es claro, lo que Gillette, o Procter & Gamble buscan. Lo que sí indican es que la vieja forma de visualizar a la masculinidad como “machista” es lo que buscan dejar atrás y olvidar de su publicidad. Buscan también presionar a los hombres para que detengan actitudes machistas en otros hombres, con castigo moral (no violento).

¿El final del machismo?
Los defensores de la campaña “Me Too” que buscan que las personas que han sido abusadas y acosadas sientan libertad de poder denunciarlo y procesar a los culpables, han públicamente felicitado a Gillette por su nueva campaña. Todos están de acuerdo en que si bien es cierto una gran mayoría de los casos de abuso y acoso provienen de los hombres, no son la totalidad de los casos.
Como parte de la nueva campaña Gillette se ha comprometido a donar un millón de dólares a entidades que promuevan el desarrollo personal de los hombres y desde 2013, en la India, tienen la campaña llamada “Soldier for Women” (Soldado para las mujeres) para buscar eliminar el “Toxic Masculinity” y la misogenia*. Las fuertes críticas de esta nueva campaña, amenazan a Gillette con un boicot de sus productos. Queda esperar y ver si la nueva campaña resulta una “gamble” (apuesta) acertada para la multinacional global.

*Siendo una herramienta del feminismo, la misoginia ha crecido en significado. Antes era odio al género opuesto. Ahora, la misoginia se define, en Wikipedia, como la aversión y también el odio hacia las mujeres o niñas. También incluye como la denigración, discriminación, violencia contra la mujer. ​​ Es necesario resaltar que actitudes “machistas” en el bullying (mencionado en la campaña), no solo es en contra de las mujeres, también hay bullying en contra de hombres, en todo caso, el bullying no es exclusivo de los hombres, las mujeres también hacen bullying al estilo “Mean Girls”.